#Covid_19 : PROYECTO PARA INCLUIR A LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD COMO GRUPO PRIORITARIO DE VACUNACIÓN

El Senado de la Nación
Solicita al Poder Ejecutivo la incorporación, entre los grupos prioritarios 
del Plan Nacional de Vacunación contra el COVID-19, a las personas 
con discapacidad con factores de riesgo o institucionalizadas.
Eduardo R. Costa.- Mario R. Fiad.- María B. Tapia.- Silvia del Rosario 
Giacoppo.- Laura E. Rodriguez Machado
FUNDAMENTOS
Señora Presidenta:
La pandemia ocasionada por el coronavirus (SARS-CoV-2) está 
causando irreparables costos humanos, sanitarios, sociales y 
económicos a nivel global y la vacuna representa hoy una herramienta 
de prevención esperanzadora, recomendada por la Organización 
Mundial de la Salud (OMS).
En un contexto de desconcierto e incertidumbre, todos los países se 
vieron en la necesidad de diseñar un plan estratégico de vacunación 
que se ajuste a la disponibilidad de dosis que van llegando a cada país 
y Argentina no escapa a ello.
En este sentido, el Gobierno Nacional firmó una serie de acuerdos con 
algunos de los grandes productores. Las vacunas buscan reducir la 
incidencia de la enfermedad, las hospitalizaciones y las muertes 
relacionadas con la enfermedad y restablecer de manera gradual una 
nueva normalidad en el funcionamiento de nuestro país.
Sin embargo, como todos sabemos, la demanda superó la oferta y la 
escasez de vacunas es hoy un gran problema a nivel mundial y que 
dificulta en todas las escalas la toma de decisiones.
Este escenario nos plantea como sociedad un gran desafío y es el de 
llevar adelante un plan estratégico de adquisición, distribución y 
administración de estas vacunas, protegiendo siempre a los grupos que 
presenten mayores riesgos en caso de contagio. 
En este sentido, el Ministerio de Salud de la Nación dispuso que la 
vacunación se llevaría a cabo de forma gradual o por etapas y determinó 
un orden de prioridad de los grupos de población a vacunar en cada una 
de las etapas establecidas.
Éstas etapas, y los grupos de población que las componen, están dadas 
fundamentalmente por criterios epidemiológicos como la carga de 
enfermedad, la tasa de mortalidad por grupos de edad, la tasa de 
incidencia de la enfermedad por sitio geográfico; y su implementación 
se organiza de acuerdo a diferentes aspectos: logísticos; disponibilidad 
de los insumos y recursos. 
Asimismo, el criterio de distribución de las vacunas se establece en 
consenso con las provincias de acuerdo a la población objetivo definida 
en los planes operativos provinciales y la disponibilidad de vacunas que 
puede afectar las estimaciones iniciales.
Si bien el Gobierno Nacional, para llevar adelante el Plan de Vacunación 
Nacional, determinó que los grupos de mayor riesgo están conformados 
por las personas mayores de 60 años, las que tienen enfermedades 
respiratorias o cardiovasculares y las que tienen afecciones como 
diabetes, también definió que los criterios a tomar para dar prioridad 
estarían dados por el riesgo por exposición y función estratégica, es 
decir, personal de salud y docentes, por ejemplo.
Sin embargo, consideramos que hay un grupo que se ubica dentro de 
los grupos vulnerables y que no ha sido considerado como prioritario en 
el plan inicial de vacunación: las personas con discapacidad que 
presenten uno o más factores de riesgo o se encuentren 
institucionalizadas. La Resolución 627/2020, de marzo 2020, si bien 
incorporó entre los grupos de riesgo a las personas con Certificado 
Único de Discapacidad (CUD) en la primera etapa de vacunación 
nacional, las autoridades nacionales no las incluyeron en sus 
estrategias.
Según la Organización Mundial de la Salud, las personas con 
discapacidad están clasificadas como poblaciones vulnerables en 
situaciones de emergencia de salud pública. Las barreras 
institucionales, ambientales y de actitud existentes se exacerban, y 
otras nuevas aparecen en tiempos de emergencias de salud pública, 
restringiendo aún más el ejercicio de los derechos básicos de las 
personas con discapacidad, incluyendo el derecho a la vida, el derecho 
al acceso a la atención médica y el derecho a la vida independiente. 
Asimismo, de acuerdo a un informe realizado por la Agencia Nacional 
de Discapacidad (Andis), en septiembre de 2020, la tasa de letalidad 
entre el colectivo de personas con discapacidad es del 7%, 
aproximadamente tres veces superior que el registrado por la población 
en general. Al mismo tiempo, realizó un análisis comparativo entre las 
personas con discapacidad (con Certificado Único de Discapacidad) y 
el total de la población contagiada con COVID-19 en septiembre de 
2020. De este estudio, se detectó que ese porcentaje de letalidad entre
la población con discapacidad fue 7%, mientras que el de la población 
total es 2,2%: una diferencia de 4,8 puntos porcentuales.
Otro dato relevado por el estudio respecto al porcentaje de personas 
con discapacidad recuperadas concluye que éste es menor que el 
porcentaje de la población general. Además, observa que entre las 
personas con discapacidad que dependen de asistencia de otras 
personas para la vida diaria hay una proporción mayor de fallecimientos: 
el 13% frente al 8,3% de personas con discapacidad sin dependencia.
La International Disability Alliance (IDA) remarcó que las personas con 
discapacidades se enfrentan a un mayor riesgo de contraer la COVID-
19 debido a las condiciones de salud preexistentes (como problemas 
respiratorios) y a las desigualdades en los determinantes sociales y 
subyacentes de la salud y el contacto con los proveedores de servicios 
de apoyo. Este grupo de riesgo, en caso de contraer COVID-19, corren 
un mayor riesgo de desarrollar afecciones críticas o, incluso, de perder 
la vida.
Para algunas personas con discapacidades intelectuales o 
psicosociales, o para personas autistas, no es factible observar el 
distanciamiento físico recomendado o el uso prolongado de máscaras o 
cobertura facial y otros requisitos higiénicos. Este es el caso, en 
particular, de las personas con discapacidad que viven en entornos de 
congregación en los que las tasas de infección son muy elevadas, como 
los asentamientos de emergencia, las instituciones psiquiátricas y otros 
entornos segregados.
En lo que respecta a la Constitución Nacional como los Tratados 
Internacionales a los que nuestro país ha adherido, como la Convención 
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, establecen que 
es obligación del Estado velar, promover y proteger los derechos de 
todas las personas con discapacidad, incluidas aquellas que necesitan 
un apoyo más intenso; por lo que, en este contexto de pandemia, 
debería ser tenido presente a la hora de establecer las prioridades que 
se están adoptando en torno a la vacunación. 
En nuestro país, contamos con la experiencia de algunas provincias 
como Neuquén y Mendoza, que comenzaron con la implementación de 
un formulario específico para la inscripción de personas con 
discapacidad con factores de riesgos asociados, a los fines de recibir la 
vacuna contra el COVID-19, en el que se priorizará a este grupo de 
riesgo. 
El presente proyecto, busca declarar a las personas con discapacidad 
con uno o más factores de riesgo o aquellas que están 
institucionalizadas dentro del grupo prioritario en la implementación del Plan nacional de vacunación 
Por las razones expuestas, solicito a mis pares el acompañamiento en 
el presente proyecto.
Eduardo R. Costa.- Mario R. Fiad.- María B. Tapia.- Silvia del Rosario Giacoppo.- Laura E. Rodriguez Machado

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